*El paraíso de las damas (título original en francés: Au Bonheur des Dames) es el volumen número once de la serie Les Rougon Macquart, de Émile Zola, publicado en el año 1883.
El nacimiento y desarrollo durante el Segundo Imperio de los Grandes Almacenes son el gran protagonista de la novela, al igual que la creación de Les Halles de París lo habían sido de la novela El vientre de París. En más de un sentido, estas dos novelas son complementarias para que Zola nos pueda ofrecer una imagen del desarrollo material que supone el imperio de Napoleón III, desarrollo que se acompaña con una degradación moral paralela. De la misma manera que en la descripción del gran mercado central se mezclaba la admiración por la espléndida creación artística y moderna con la denuncia de la mezquindaz de quienes allí trabajaban y compraban, aquí los Grandes Almacenes y su febril actividad son descritos como algo, a la vez, grandioso y destructor: “Aquel edificio, escribe Zola, era la catedral del comercio moderno, resistente y airosa, construido para todo un pueblo de compradoras” (pág.353). Y también, al referirse a la finalización de las obras de extensión del comercio: “Al fin estaba concluido el palacio, el templo dedicado al culto de los locos despilfarros de la moda. Dominaba el barrio, extendía sobre él su sombra” (pág.584).
Ya al final de la novela, concluido el éxito comercial, el novelista reflexiona a través de los pensamientos de Mouret, y esas reflexiones constituyen la idea central de la novela: “Y Mouret seguía contemplando, entre aquel llamear, a su femenino pueblo […] Ya empezaba la gente a marcharse, se marchaban medio rendidas, con la misma voluptuosidad satisfecha y la misma vergüenza sorda que proporciona la consumación de un deseo en lo más recóndito de un hotel de mala fama. Y era él quien las había poseído así, quien las tenía a su merced con aquel continuo agolpamiento de mercancías; [..] reinaba sobre todas las mujeres con la brutalidad de un déspota, cuyo capricho llevaba a la ruina a los hogares. Aquella creación suya instauraba una religión nueva; la fe tambaleante iba dejando desiertas, poco a poco, las iglesias, y su bazar las sustituía en las almas, ahora desocupadas” (pág. 637).
Muelles Ros
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Madrid